Aunque la mayoría de personas acude al Quiropráctico por algún síntoma como  migrañas, cervicalgias, lumbalgias,  dorsalgias, ciáticas, mareos, hormigueos, vértigos, radiculopatías o dolores de cabeza, entre otros. La Quiropráctica no trata dolores ni síntomas, su propósito principal es la de restablecer la función normal del cuerpo a través del cuidado de la columna vertebral por su íntima relación con el sistema nervioso.

El Quiropráctico se encarga de corregir subluxaciones vertebrales. Estas son un conjunto de cambios funcionales en la columna que comprometen la labor del sistema nervioso pudiendo influir en la salud y calidad de vida de las personas.